lunes, 17 de marzo de 2014

Waris Dirie. Flor del desierto (1998)


Naces en el siglo XXI, después de nueve meses en la tripa de tu madre, igual que miles de niños en el mundo, pero tú has nacido en África y eres una niña. Cuando tienes cinco años eres mutilada genitalmente, mientras tu madre te sujeta, una anciana te secciona el clítoris y la parte interna de la vagina, con una cuchilla  o un cristal y luego te cose, dejando una minúscula abertura para orinar y menstruar. Probablemente mueres  desangrada o por una infección, pero si sobrevives, al cabo de unos años te conciertan un matrimonio, y en la noche de bodas tu marido te descose y se acuesta contigo. Tú tienes que ignorar el dolor y sentirte orgullosa, porque eres una mujer pura, una mujer digna. Ese dolor te acompaña toda la vida, cada día, cada mes, y es aún más terrible en cada parto. Pasas lo que te queda vida trabajando y criando a tus hijos, y mueres siendo una de las dos millones de mujeres mutiladas cada año, mujeres a las que no sólo os privan del placer en las relaciones sexuales y os condenan a una tortura física, sino que os arrebatan parte de vuestra humanidad.

Helena González González.

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