jueves, 20 de marzo de 2014

Los Monólogos de la Vagina, Eve Ensler (1996)

 Aparece la protagonista. Empieza a leer un fragmento de Los Monólogos de la Vagina. Su expresión pasa del asombro al susto, deja el libro rápido y mira a su alrededor con timidez. Se dirige a la supuesta entrevistadora, Eve Ensler, nerviosa.

   “Nunca me habían hecho esa pregunta antes... Que cómo llamaría a una vagina. (Risa)¿A la mía o a la suya? (Señala.) ¿Venus? (Pausa) Sí, bueno… (Resopla) Supongo que simplemente no se puede hablar de ello, ¿no? Quiero decir, si Venus un día está enfadada, cállate. Y si no quiere ir de fiesta es que el sistema solar no funciona como “debería”. Siempre igual, oye. Algo debe ser así y asá. ¿La ropa de…? (Señala abajo) Seguramente unos pantalones, una sudadera y unas zapatillas. Todo simple y cómodo. ¿Femenina?¡¿Y qué tendrá que ver?! Bueno… Quizá es que mi concepto de femenina y de mujer es un poco lo que la palabra “vagina” es para aquellos que prefieren llamarla de otra forma… Sí, quizá algunos me vean como una gran “Venus” y se asusten y no quieran mirarme ni pronunciarme. Pero oye, ¿por qué tengo que ser otra cosa? (Pausa) Quiero decir, ¿es que acaso tú dejarías de comerte un tomate si por casualidad tiene una hoja amarilla?¿Es un poco menos tomate por eso?¡No! Es un señor o señora tomate hecho y derecho. ¿O no es cierto que, por el contrario, incluso a veces como tontos, cambiamos la tapa del boli azul y se la ponemos negra? ¡Y hasta nos sentimos mejor!

Deberíamos poder coger la tapa de un boli negro, naranja, fucsia o arcoíris, para nuestro Venus. ¡Sin tener que excusarnos! Estoy cansada de gente que dice y no para de hablar sobre qué y cómo debe ser nuestro boli. ¿Quién determina qué? ”Qué poco femenina eres”¿Es que acaso yo digo cómo debe ser tu tomate, tu “Vulcano” o su Venus mismamente? (Pausa) Al fin y al cabo, sólo tenemos un sistema solar. ¿Es tan difícil de comprender?”

Ana Benito

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