lunes, 17 de marzo de 2014

Jane Eyre (1847)


Querido lector, como todo en mi vida, mi boda no podía ser la excepción y ser perfecta o como yo deseaba... Yo sabía que no me merecía tampoco la mejor de las bodas, pero desde el primer momento todo fue al revés de como yo quería... El Señor Rochester temía que yo me enterara de quién era la loca que vivía en lo alto de la casa, y yo estaba preparándome con la Señora Fairfax y con Adele merodeando entre mi vestido cuando él apareció más furioso y más nervioso de lo que yo nunca le había visto, me cogió de un brazo y tiró de mi, quería llevarme a la iglesia rápido y como fuera... No entendía por qué ese trato... Porque intentaba casarse conmigo en ese momento como fuera y tirando de mi como si fuera un animal...
Y sucedió. No podía creerlo, el señor Rochester me había traicionado, la única persona que me había querido en toda mi vida, después de todo el sufrimiento que había tenido que pasar en mi vida, lo único que yo consideraba real se desvaneció. Nunca me habían hecho tanto daño... ni tan siquiera cuando me pegaba mi primo me había sentido así. Me había traicionado el que yo consideraba el amor de mi vida, y sentí el mayor dolor que se podía sentir... Tenía que irme de esa casa como fuera, no podía permitir tanto dolor.

Irene Valdelvira Tauste

No hay comentarios:

Publicar un comentario