domingo, 16 de marzo de 2014

Cenicienta, Charles Perrault (1697).

Hola, mi nombre es Cenicienta y esta es mi confesión. He maltratado a mi marido, tanto psíquica como físicamente. Anoche terminó en el suelo sangrando por la nariz. ¿Pero qué queríais que hiciera? Era lo mínimo que podía hacer. Yo solo quería educarle a ser un gran marido, quería enseñarle quien manda aquí de forma pasiva, pero si se opone, me reprocha, o me desobedece, no tengo otra opción que poner orden. Es su culpa que no quiera obedecer, por las buenas.
                Bueno, quiero confesar que esta vez me he pasado. Pero han de entenderme, yo lo he pasado muy mal, tengo un pasado muy oscuro, un pasado huérfano, rodeado de trabajo, de bullying familiar...haberme sometido a mi madrastra, es algo que me hizo débil, me llevó a la depresión e incluso a la locura, fíjense, hasta llegué a ver ratones que se convertían en caballos y calabazas en carrozas.
                Pero eso no es la razón por la que mi marido me trate así, no me entiende y se pasa el día preguntándome por cada cosa que hago y, luego cuando soy yo la que se preocupa por él, va y me da la espalda, ¿Entendéis ahora por qué me veo obligada a hacer lo que hago? No soporto que la persona que más me quiere no me haga caso “Porque tú me quieres ¿verdad? “
A veces, cuando pienso que ya es suficiente, siento pena de oírle llorar y me arrepiento, incluso admito que me he pasado y me hace sentirme culpable. En ese momento me pongo a llorar con él y no estoy bien hasta que no me perdona. Anoche admito que me pasé, me levantó la voz y tuve que ponerme firme. No fue hasta que cogió el teléfono para pedir auxilio cuando perdí los papeles y le tiré al suelo seguido de múltiples patadas a la cara.
                Así que, después de esta confesión Sr. Policía me considero culpable de maltrato masculino.
                Hola, me llamo Cenicienta y esta es mi confesión. Sois mi última ayuda, no sabía a quién acudir. Mi marido me corta el teléfono noche y día y me obliga a mentir a mis amigas sobre el origen de mis magulladuras. Nadie me cree, nadie me ayuda, ¿quién va a creer que un príncipe aparentemente bondadoso pueda pegar a su mujer? Tiene la cuartada perfecta.

                Hola, me llamo Cenicienta y ya no aguanto más.-


Andrea Ceballos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario