domingo, 16 de marzo de 2014

Emma Bovary. Madame Bovary, Gustave Flaubert (1856).

La estrecha realidad te ahoga, mientras la pintan de igualdad. La pintan con lápiz, en tonos grises y se guardan la goma por si hay que rectificar algo. ¡No se les vaya a ir de las manos! Porque sobre el papel todo es más fácil.
Desde mi desasosiego personal y existencial medité varias veces sobre las consecuencias de ser mujer y los motivos que habían llevado a ello. No se dice, pero el machismo se nos ha inculcado desde que a alguien se le ocurriera que la mujer salió de la costilla de un hombre ¡de un hombre!
Los hombres no saben lo que es sufrir realmente y parece que necesitan la violencia para sentirse superiores… ¿se habrán dado cuenta del poder de la mujer y ahora tienen miedo?  << ¿Miedo? ¿A una mujer? ¡Por favor, si quiero no lo cuenta! >>.

Y es que yo, oh, pobre ingenua de mí, esperaba un cambio, una evolución. Porque detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero el problema es que parece que no se quieren enterar.


Rubén Gutiérrez.

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